"La
tradición occidental mantiene una separación estanca entre arte y no arte, cuando, como en la época contemporánea, no pone en cuestión la idea misma del arte.
Me
parece más fecunda la concepción que tuvo curso en Oriente durante siglos, según
la cual todo gesto puede ser magnificado hasta convertirse en arte.
Arte
de componer un ramo.
De
envolver un paquete.
De
beber el té.
De
arreglar los musgos en un jardín.
O,
incluso, de contemplar cómo florecen los cerezos.
El
arte no suprime ni se opone al gesto cotidiano, ese gesto llevado a la
perfección: un movimiento accesible a todos.
…
al mantener su contacto con la vida cotidiana, los artistas y los pensadores
enriquecen su creación."
DEBERES Y DELICIAS. Tzvetan Todorov